Andariego Films es una productora con visiones a rescatar las historias de los que no tienen voz, los que vivimos en el sur (entendido como tercer mundo), con el objetivo de crear películas que tengan un fuerte contenido antropológico, que sirva como documento de que estas personas existieron y contaron sus historias.
lunes, 27 de septiembre de 2010
Observar, Robert Bresson y Jean Michel Basquiat
Pickpocket- Robert Bresson.
El personaje de pickpocket, destaca de entre los demás por su andar tranquilo, sin llamar mucho la atención, con aire de inadaptado. La manera de crear suspenso en el espectador, a partir de la actuación de Martin LaSalle, es basada en la edición, retomando la teoría de Einsestein. El ejemplo más claro de eso es cuando roba de la cartera al comienzo del film.
La habitación del pickpocket es básica. No tiene más elementos que los necesarios como para una supervivencia más o menos decente. El ambiente es muy enclaustrante, por ser paredes muy altas, descarapeladas y sin ningún tipo de cuidado en la decoración. Las pocas repisas y el colchón están también bastante descuidados. Esto de alguna manera refleja un poco el interior del personaje, que vive al día, y con lo básico. Descuidado siempre, a la deriva de lo que pueda suceder con él.
Los personajes principales, tienen a la hora de actuar, una especie de pena, como de carga emocional que está constantemente contenida, y que nunca explota. Parece como si hubieran aprendido con los años a vivir subyugados, y simplemente estuvieran conteniendo la catarsis un momento más.
El pickpocket sugiere en su porte la imagen de un hombre de buena familia, venido a menos. Su manera de vestir, aunque siempre intentando ir bien, no deja de estar algo desaliñada. Cosa que sobresale cuando está alrededor de gente pulcra.
Las escenas tan largas, cuando se avecina un robo, crean una tensión especial, además de la impecable cinematografía, que detalla todo con un timing bastante acertado.
La secuencia en la que aprende a robar, observando al hombre del periódico, me parece genial la manera de llavar toda esa secuencia, con el periódico. Genera una tensión particular, que es incómoda para el espectador, pero con un gancho enorme, sin necesidad de valerse de artificios, sino de pura cinematografía y actuación.
Gran parte del poder de la actuación, y de la presencia del personaje, es la mirada. El Pickpocket lleva una mirada cansada, posiblemente llena de odio o resentimiento. Mira intensamente a sus interlocutores, y aunque poco imponente, tiene una especie de inquietud que contagia a las demás actuaciones.
Otro elemento que es acertadísimo, y que ayuda a la constante tensión que cae sobre el pickpocket, es la cantidad de gente de la que está siempre rodeado. Cuando no está en su cuarto, siempre está en lugares muy concurridos, lo que genera en el espectador una especie de miedo por que sea prendido en cualquier momento.
La secuencia de la iglesia, justo después de que él habla con su madre, está resuelta en una sola toma bastante sencilla. Esperando el momento, haciendo un pequeño dolly-in hacia el Pickpocket, y dejando que voltee. La cámara es muy descriptiva, bastante austera y con muchísmo poder. Cada imagen está cargada de una fuerza de observación tremenda. Las acciones de la película son siempre realizadas con maestría y precaución, pero con decisión también. Y es así también el uso de la cámara. Tiene un gran manejo de los planos detalle en las escenas de robos. Se fija en la acción, para que incluso el espectador no llegue a darse cuenta cuándo sucedió el atraco, como en la secuencia del hombre al que le roba el reloj.
La secuencia del tren es espectacular la manera en la que se van sucediendo los robos, y la manera de hilarlos cada uno. Se centra siempre en los objetos, no en la gente que está siendo robada, eso no importa. Lo que importa es el festín que se están dando en ese momento.
Bresson toma el juego de pinball para hacer una metáfora del futuro del Pickpocket, pues es una bola que no se sabe en dónde va a caer, y qué combinaciones se harán para que la bola siga haciendo puntos, o caiga por enmedio de las barras, perdiéndose así. De esta manera, Bresson nos introduce al problema de un inadaptado en una gran ciudad, que vive a la deriva, solamente pensando en sobrevivir. Lo único que piensa el personaje del Pickpocket es en hacer atracos. Ni siquiera cuando su madre muere, se detiene.
Cráneo. Jean Michel Basquiat. 1981
Es un cráneo un poco amorfo, estilizado. Pareciera que tiene algo más que hueso, pero no tiene labios, los dientes se muestran descubiertos. La piel está rayada, no hay una unidad de color o de textura, y los rayones no siguen un patrón específico. me recuerdan mucho las heridas, cuando son cerradas con puntos. Así es como se ven. Ahora veo que comienza a ser un patrón, aunque desordenado. Es como si fuera un collage de texturas y colores. Hasta el cabello, o lo que podría serlo, remite a puntadas, como a algo filoso, como si fuera una cama de clavos, o uno de esos mazos medievales que tenían picos.
La mirada es triste, tiene los párpados caídos. Aunque las pupilas son negras, los contornos son, uno rojo y el otro un azul claro que casi es blanco. El hombre mira hacia abajo. Viendo su mrada durante mucho tiempo, parece como si le hubieran dado muchos golpes, y la cara la tuviera desfigurada. Eso explicaría la cabeza deforme y la falta de labios. Todas las heridas cerradas con puntos. La nariz está completamente chueca, y tiene una parte contorneada de rojo. El contorno rojo del ojo baja por la nariz, sigue por las encías, y baja hasta la barbilla. Es una línea de sangre. Y cuando uno se da cuenta de esta línea, es casi imposible dejar de verla y pensar que aún está sangrando el sujeto. Los dientes están apretados, en una tensión inquietante. Se ven solamente ocho dientes, los demás o están rayados, o no se ven. El contorno de sangre llega hasta esa zona, así que supongo que no están. El ojo que tiene el contorno azul claro, alrededor está pintado de un rojo más opaco, casi guinda. Es como un moretón que rodea la visión del hombre.
Los dos ojos expresan algo distinto: el azul claro, expresa sumisión, miedo de mirar hacia arriba, suponiendo que hubiera otro personaje fuera de cuadro que lo domina. El otro ojo, el que tiene el contorno rojo, expresa una especie de terror. Es el que mira más fijamente, como si estuviera viendo algo absolutamente horrendo. La cara está dividida en las dos expresiones que acabo de explicar. Si se ve solamente la parte izquierda del rostro, es decir, la parte contorneada de azul claro, se puede observar la cara de un hombre con miedo, sumiso, viendo hacia abajo, con una gran tristeza. Si esa parte se tapa, vemos en la cara a una calavera, la expresión es de más tensión y provoca más error en el espectador. El color asemeja mucho al del hueso humano, y la parte izquierda, es negra.
Viendo esto, la demás parte del cráneo comienza a tener un poco más de sentido. La cara está dividida en dos: un hombre negro golpeado, con miedo; y en una calavera horrorizada. La parte de atrás del cráneo es la que tiene más puntos (stitches) hacia afuera, y mientras va entrando, tiene más rayones. Podría ser que esa parte del personaje está completamente destrozada, y lo que vemos es una especie de abstracción de los sesos, que sería más bien una metáfora para las ideas de odio de ese hombre, expresadas a través de los rayones de tantos colores. No puedo evitar ver en la parte posterior del cráneo, lo que parece ser un edificio. Es rojo, y está casi perfectamente trazado en la nuca. Esto puede representar una institución, por la forma del edificio, puesto que no es nada similar a una casa o a otro edificio, y está pintada en rojo. Es una especie de golpe muy visible dentro del cráneo destrozado del hombre.
El fondo del cuadro es un poco agridulce. Mezcla el azul claro con un color cálido-durazno, mezclado con un poco de rojo carmín, que envuelve la cabeza del hombre. El color azul, de hecho, se funde en algunas partes con el cráneo, haciéndolo parte del color de alguna manera. El azul representa una gran tristeza, que envuelve al hombre, que domina sobre los colores cálidos, que podrían se más como la pasión, la ira, la sangre. Puede más la tristeza del hombre que su ira: es un hombre derrotado, vencido, que no tiene ganas de levantarse contra su opresor. Vamos, ni siquiera tiene fuerzas para levantar la mirada. La ira se disipa en la tristeza, en la mirada perdida del personaje.
Llama la atención que sea una cabeza solamente. Podría pensarse que está cortada del cuerpo, y es coherente, pues un cuerpo sin cabeza que piense, no puede actuar. Y de nada sirve una cabeza sin cuerpo. Toda génesis de pensamiento en esta cabeza, que representa a la raza negra, es aislada, golpeada, mutilada, apagada, inútil.
Se pueden observar algunos rayones, fuera del cráneo, que no logran ser legibles, y mucho menos, tener sentido. Las de la parte superior de la imagen son un poco más claras, pero no terminan por decir nada, y las de abajo, se disipan en rayones, tal como dentro de la cabeza. Como si se perdieran las ideas fuera de la cabeza y no pudieran ser expresadas.
Basquiat es un pintor negro, que habla por los negros. Su discurso es una crítica a la colonización que ha sufrido su raza a través de la historia, y resalta a héroes populares, como a boxeadores y a músicos de jazz y blues. En esta pintura el cráneo es más como una pieza de jazz: radical, un estilo libre y con muchos elementos, y el fondo es como un blues: con una unidad sentimental más definida, más pasiva.
El nombre de la pieza es "Cráneo", pero más que eso, es una especie de retrato del hombre negro. No afroamericano, sino negro. La raza negra siempre ha sido oprimida, y en esta pintura está muy bien expresada esta opresión y sumisión que sienten ellos.
Me gustaría algún día hacer una película que fuera como un cuadro de Basquiat.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario